CAPILLA
NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCION
CUASI PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN Y SAN CAYETANO


"... Cada uno hace su tarea a su tiempo. El
primero, coloniza. El segundo, hace producir la
tierra y el tercero, edifica. Hace el pueblo. Ese es
el comienzo. Después, vendrá el maestro, el
comerciante, el industrial. Más tarde, el poeta. Y
el libro. Y con todos ellos, junto a ellos, el
conductor, el que ayuda a la sociedad con su consejo
para decir, para explicar que debe existir un
equilibrio entre el hombre que siembra trigo y el
que siembra ideas. Unica forma para que la patria se
haga grande".
Onofre Contreras en "Mensaje para los Cincuenta años
de Morteros", agosto de 1944. |

Los primeros pobladores.
Aunque la información sea escasa debemos comenzar todo relato,
por los que primeros estaban asentados en esta zona.
La fecha de llegada del hombre a esta región es un tanto
incierta. Aunque se reconoce un rico pasado antropológico,
probablemente alcanzaron a convivir con los grandes mamíferos
del Pleistoceno (gliptodontes, megaterios, etc.), que abundaban
en estas tierras.
Es posible que, los primeros grupos llamados "paleo
americanos", hayan arribado al área de Mar Chiquita
alrededor de 10.000 años atrás.
Más cerca en el tiempo, antes de la llegada de los
conquistadores, la región de la Laguna de Mar Chiquita y el bajo
Río Dulce, estaba ocupada por el grupo étnico de los
sanavirones, pueblo no belicoso y de escaso número. Llegaron,
aproximadamente, alrededor del año 800 dC.
De la escueta información que proporcionaron los cronistas
hispanos, se deduce que vivían en pequeños pueblos rodeados de
empalizadas de ramas y cardones. Se agrupaban en familias
dentro de casas grandes, hechas de ramas y pajas.
Tenían por armas el arco y flecha, las bolas arrojadizas y las
hachas. Se sabe muy poco de su organización social y su cultura.
A raíz de la gran cantidad de elementos líticos encontrados, se
deduce que tuvieron una estrecha relación con los comechingones
que ocupaban la región ubicada al oeste.
Los sanavirones no fueron los únicos ocupantes de la zona. Se
detectaron influencias de grupos provenientes del litoral
paranaense.
En la laguna Yacumishqui, ubicada al norte de Morteros, se
exploró un yacimiento correspondiente al período cultural
Sunchituyoj, que floreció alrededor del año 900 dC. [Alberto
Marcelino, datos no publicados].
El padre Lozano menciona a los Malquesis y Quelosis, que pagaban
sus tributos con nutrias y bebían agua salada.
En tiempos de la colonización.
Uno de los primeros antecedentes referidos al área que nos
ocupa, noreste de la que hoy es la Provincia de Córdoba, podemos
hallarlo en la expedición de Diego de Rojas, en los años
1543/46, aunque no hay acuerdo entre distintos cronistas e
historiadores, sobre el verdadero itinerario de este
conquistador español.
 
Fue Cristóbal Vaca de Castro (1492-1566), primer gobernador del
Perú (1542-1544) quien, en 1543, envió a Diego de Rojas
(1500-1544) con 60 u 80 hombres al Río de la Plata. Como
resultado de esta expedición, se gestó Tucumán.
Rojas partió del Cusco en 1543 e ingresó por la zona de Jujuy
hasta llegar al pueblo de Tucummiannaho.
Cuando la expedición se disponía a tomar rumbo a Chile,
cambiaron el derrotero por la aparición de "gallinas de
Castilla", presumiblemente dejadas por Francisco César y
relatos de la presencia del hombre blanco. Se dirigieron hacia
el sur en busca del Río Dulce, se extravían en un lugar de la
provincia de Salabina, donde los juríes del cacique Sinchiuaina
le presentan batalla que duró tres días y en ella fallece Diego
de Rojas, al ser alcanzado por una flecha envenenada, luego de
agonizar seis días. Era enero de 1544 y el lugar fue
identificado por el Padre Lozano como Macacax, probablemente, en
la quebrada de Maquijata.
La expedición continuó a cargo de Francisco de Mendoza quien,
presumiblemente, por el río Dulce llegó a Mar Chiquita, para
luego dirigirse al oeste, en busca del Valle de Calamuchita.
Algunos historiadores indican que Mendoza, bajó por el Paraná
hasta el abandonado fuerte Santi Spiritu.
Otra referencia se encuentra en los proyectos del gobernador
Francisco de Aguirre (1500-1581).
El licenciado Lorenzo Matienzo en su libro "Gobierno del
Perú", en 1567, revela que el gobernador del Tucumán,
Francisco de Aguirre, el 12 de mayo de 1566 partió de Santiago
del Estero con el objetivo de descubrir un puerto a la mar del
Norte y que "... el gobernador iva en seguimiento de una
tierra que se dice Anzenusa, valle de indios que llaman
Comechingones".
Agregará después, en referencia a Aguirre, que "... en
hansenusa quería hacer un pueblo en una ysla que está entre dos
ríos, uno del estero y otro el río salado, que se juntan allí en
ancenusa y curunera, juntos los dos ríos hazen una grande isla
que está poblada y tiene mas de veinte leguas llamase curunera y
los ríos pasan uno para debajo de la isla y otro para arriba y
ambos en el Río de la Plata mas abajo de Gaboto".
Aparentemente, Francisco de Aguirre habría llegado hasta Mar
Chiquita, pero al descubrir un complot en su contra decide
retornar hacia el norte.
Esta cantidad de incongruencias, por falta de información propia
de la época, trajo aparejado una serie de errores de
interpretación en la ubicación geográfica de los hechos
acaecidos a posteriori.
En la cartografía de Arrowsmith (1811), Albrecht Platt (1846),
Andriveau Goujón (1868), Santiago Echenique (1866), Coni (1874),
Brackebusch (1885), Ansenuza, Mar Chiquita, laguna Los Porongos,
Río Dulce, Río Salado pertenecen a la misma entidad topográfica,
pero difieren marcadamente en su posición geográfica.

Los Ríos Salado y Dulce en el Siglo XVII
Lo que Aguirre no pudo concretar, lo terminaron logrando el
gobernador Don Jerónimo Luis de Cabrera (1528-1574), fundando
Córdoba de la Nueva Andalucía, el 6 de julio de 1573 y Don Juan
de Garay (1528-1583), fundando Santa Fe, el 15 de noviembre del
mismo año. Era necesario abrir vías de comunicación.
Fue Juan de Garay quien consolidó el camino que unía Santa Fe
con Santiago del Estero y lo hizo por la margen derecha del río
Salado.
Por la agresiva acción de las tribus chaqueñas, este camino
debió ser trasladado más al sur, generando el Camino de Los
Porongos el que, desde la margen este de la Mar Chiquita seguía
al norte por la banda izquierda del Río Dulce.

Según Martín de Moussy, en su "Descripción geográfica y
estadística de la Confederación Argentina", 1854/60, la
traza atravesaba un terreno totalmente plano, cubierto de pastos
y salpicado de bosques. Se daba otra condición importante: 180
leguas unían Paraná con Tucumán, mientras que por el camino real
se debían recorrer 300 leguas. (Documento
01) (1)
El Camino de Los Porongos fue muy utilizado por las grandes
recuas de mulas que, criadas en Entre Ríos se dirigían al Alto
Perú. También lo hacían las tropas de carretas.
Thomás J. Hutchinson (1802-1883) en su libro "Buenos Ayres y
otras provincias argentinas. Expedición al Río Salado", hace
una descripción detallada de cómo estaban formadas las tropas de
carretas que viajaban de Rosario a Tucumán; que en un período de
tiempo pasaron por la zona de Morteros.

Refiriéndose a una en particular, relataba que "... esta tropa,
que se componía de veinte carretas, necesitaba doscientos
bueyes, veinte mulas, diez o doce caballos y como treinta
hombres para su segura conducción. Su conductor, Don Balbín
Vásquez, me dijo que, por lo general, el término medio de un
viaje del Rosario a Tucumán era de veinticinco a treinta y cinco
días; y cuando el camino estaba malo, o la boyada no podía
marchar por falta de agua, el viaje podía alargarse de tres a
cuatro meses. Cada tropa como ésta, tiene su 'capataz', su
'maestro' y dos oficiales. El 'maestro' es un carpintero que se
ocupa de componer las carretas cuando quiebran y que recibe su
sueldo, haya o no necesidad de su trabajo. Cada carreta es
tirada por seis bueyes, pero cuando los caminos están pesados o
hay que subir alguna loma, se aumentan dos. Estos son instigados
por puntas de hierro - picadillas - aseguradas en el extremo y
en el centro de una larga caña, de la especie que crece en
Corrientes: el extremo grueso va sujeto al techo de la carreta,
de donde empuja sobre el anca de los bueyes. No hay riendas;
tiran los bueyes adelante por cuartas hechas de cuero, y los de
atrás, por un yugo de madera asegurado sobre la cabeza y sujeto
al pértigo que comunica con el lecho de la carreta, y forma el
centro de éste".
En el Plano General del curso del Río Salado del Norte –
Confederación Argentina, para acompañar el informe de John
Coglan C. E., Ingeniero del Estado de Buenos Aires, de abril de
1859, fue marcado el Camino de los Porongos, marchando en las
proximidades del Río Dulce. (Documento
02).
Fuerte Los Morteros.
"El grupo indígena que asoló con sus malones nuestra región
fue el de los abipones, quienes en el orden lingüístico y por su
patrimonio cultural, formaron parte del grupo guaycurú, que
integraron los mocovíes, tobas y pillarás"; así lo
manifiestan Norma Fenoglio y Cristina Cabrino en su libro
"Fuerte Los Morteros" que tomaremos como guía para el
desarrollo de este tópico.
En febrero de 1727, se produjo la primera incursión de los
abipones a la zona de Mar Chiquita. La invasión prosiguió hacia
el sur llegando hasta el Río Tercero. Esta acción, despobló esta
región por un período prolongado.
Dice Patricio Clucellas en "Antecedentes coloniales del
Fuerte de Los Morteros" que "... las líneas de fortines
establecidas en las regiones sur, norte, oeste y centro del
país, fueron un factor preponderante en la conquista del
desierto, colonización del campo argentino, base de defensa y
crecimiento de los pueblos y ciudades".
Según Víctor Nicolini en su libro "Historia de la fundación
de Santa Fe y sus límites", aparentemente, el Fuerte Los
Morteros habría sido establecido en 1796 por el teniente
Gobernador de Santa Fe Don Prudencio María de Gastañaduy y
Zamora (1758-1838), siendo destruído después de 1810 cuando el
Cuerpo de Blandengues, que lo tenía a su cargo, fue incorporado
al ejército expedicionario de Belgrano, en su marcha hacia la
Intendencia del Paraguay.
El Marqués de Sobre Monte, en su "Relación del Estado de la
Provincia Intendencia de Córdoba", al dejar su mandato, en
1797, expresaba que "... en la parte norte hay otra Frontera
que tenía por enemigos los indios del Chaco, y de treinta años á
esta parte no se ve invadida, porque se establecieron
reducciones en la jurisdicción de Santa fe que sirven de Barrera
á esta; sin embargo se conserva el fuerte de san Carlos del Tío
con un comandante que goza 300 pesos al año [...] los
vecinos poblados bajo el cañón están destinados para auxilios de
este fuerte, y corridas de campo, y también en ocasiones acuden
los de las compañías inmediatas".
En tiempos posteriores a la Revolución de Mayo, las luchas por
la independencia monopolizaron la preocupación de los gobiernos,
que abandonaron prácticamente la atención de los fuertes,
produciéndose un avance de los indígenas y un retroceso de las
fronteras.
En Santa Fe, el 7 de agosto de 1829, se firmó el "Tratado de
Amistad entre Córdoba y Santa Fe" compuesto por doce
artículos; corresponde que nos detengamos en el primero:
"Art. 1: Quedan comprometidos ambos gobiernos contratantes á
poner en ejercicio oportunamente todos los medios posibles para
restablecer los fuertes que antes formaban la línea de fronteras
de Santa Fe en la parte Norte, y a construir, á mas de los que
ya tiene fundado Córdoba, otro en las inmediaciones del lago
denominado Mar Chiquita".
A lo largo de muchos años, las provincias de Santa Fe y Córdoba
firmaron varios tratados, para la fortificación de la línea del
Chaco, pero por distintas circunstancias no llegaron a
concretarse. La información del terreno donde debían
desplazarse era muy escasa. Alcanza con observar el plano de
parte de la Provincia de Córdoba de 1831. (Documento
02 A).
El Gobernador de Córdoba Wenceslao Paunero (1805-1871), durante
tres meses del año 1862, ordenó por Decreto del 20 de febrero,
la ocupación "... a la brevedad posible" del punto
"... denominado Los Morteros" y la ejecución de "... los
trabajos de cuarteles, fortificaciones, etc., que sean
necesarios". En los considerandos manifiesta que "... la
frontera sobre el Chaco esta desguarnecida" y que "...
las frecuentes invasiones de los bárbaros causan desgracias que
no es posible desatender por más tiempo sin grave
responsabilidad". (Documento
03)

Wenceslao Paunero
Proyectos, estudios, planes, acuerdos y vicisitudes, demandaron
ocho años para que el Fuerte Los Morteros se hiciera realidad.
Fue construido por los soldados del Regimiento Nº 8 de
Caballería de Línea, al mando de su jefe el Mayor Antonio
Benavídez, en muy poco tiempo. Con asombro de todos, en julio de
1862, el Fuerte Los Morteros, estaba en funcionamiento.
Bartolomé Mitre (1821-1906) como Presidente de la Nación, se
preocupó por contener el avance de los aborígenes e impulsó el
dictado de la Ley Nº5722, por la cual los territorios más allá
de la jurisdicción de cada provincia, fueron declaradas
nacionales.
De tal modo, era el Estado Nacional, quien se hacía cargo de la
defensa de esos territorios. (Documento
04)
El general don Wenceslao Paunero, Inspector y Comandante General
de la República, el 25 de enero de 1863, le informaba al general
don Juan Gell y Obes, Ministro de Guerra y Marina de la
República que, en virtud de la Ley Nº 5722, el Fuerte Los
Morteros pasó a formar parte de la frontera norte contra los
indios del Chaco que, "... apoyada en San Javier, sobre el
Paraná, a veinte y dos leguas al NNE de Santa Fe corre de E a O
40 leguas, hasta Los Tacurales desde donde cambian la dirección
hacia el NO, para tocar con Los Morteros, que es el primer
fuerte ya establecido, con cien hombres a las órdenes del
comandante Don Mariano Pérez".


Fuerte Los Morteros - Dibujo de Celestino Vaira
en base al informe
de Juan A. Noguera a W. Paunero del 6 de julio de
1864

Juan A. Noguera, en carta a don Wenceslao Paunero, fechada el 6
de julio de 1864, hace una descripción del Fuerte Los Morteros;
después de describir los fuertes y fortines que integran la
línea de la Frontera Norte, refiere que "... de aquí hay
cuatro y media a cinco leguas al Fuerte de los Morteros, este
fuerte estaba perfectamente situado con buenos pastos, aguadas y
maderas, existe en él un ermozo edificio de azotea construido
bajo la dirección del Sargento Mayor Don Antonio Benavidez con
la fuerza de línea a sus órdenes; este edificio tiene 60 varas
de largo que forman dos ermozos Cuarteles ha derecha y ha la
izquierda en el centro tiene un ermozo saguán con dos arcos ha
la entrada ha la derecha esta el cuarto de las Banderas y ha la
izquierda la pieza que sirve de cuerpo de Guardia, sobre este
saguan hay una pieza de altos con su balcón de Madera
correspondiente, al frente que sirve de Mayoría y sobre esta
pieza se coloca el centinela que por su altura vigila gran
distancia, ay un Horno de Quemar ladrillos para continuar otras
obras, ha su frente tiene ermoza circulada por Ranchos de
Oficiales y tropa que tienen sus familias, corrales para
asegurar las Caballadas y hacienda vacuna, este es el fuerte
mejor que hay en la Frontera de Córdoba, estos trabajos como
digo ha V. S. son hechos con sólo la Guarnición de este punto". [Boschetto,
Elide y Fenoglio, Norma. Archivo Histórico del Ejército. D.G.P.
2º Capi. M. C. Año 1864, enero a diciembre.]
Mariano Pérez, primer comandante del Fuerte, se dirige en oficio
al general Wenceslao Paunero, informando que con fecha 12 de
mayo de 1862, una partida de 90 hombres a su mando, se dirigió
en recorrida en dirección a Tacural donde avistaron unos 30
indios guaycurúes, a los que de inmediato hostigaron. Los
persiguieron varias leguas y presentaron batalla. En la acción
murió el alférez Gallego y uno de los soldados. Fue el bautismo
de fuego. [CLUCELLAS, Patricio en "Antecedentes coloniales
del Fuerte Los Morteros y su bautismo de fuego”. Cap. 4]
En la edición del 31 de octubre de 1868 del Diario "El Eco de
Córdoba", el corresponsal le informaba a su director que la
frontera norte está totalmente abandonada, desde enero, a causa
de la epidemia del cólera, quedando ese territorio a merced de
los indios. Se mandó ocupar el fuerte Los Morteros al comandante
Eleodoro Castillo desprovisto de todos los elementos necesarios
para cumplir la tarea: sin armas, sin municiones, sin
herramientas. Los fortines y fuertes habían sido destruidos,
salvo el de Morteros por ser de material cocido, pero se
encontraba en bastante mal estado. El comandante reclamó
insistentemente ante las autoridades nacionales sin encontrar
eco en sus peticiones. (Documento
05)
De ese año 1868, es el mapa de la Provincia de Córdoba levantado
por el agrimensor Don Santo Echenique donde, si bien se ubica
Morteros, la información que brinda es sumamente escasa. (Documento
06).
Tres años después se elabora el plano de la Provincia de
Córdoba, 1871; el cual contiene una leyenda que aclara: Este
mapa es hecho con los datos existentes en el Departamento
Topográfico de la Provincia. La parte NE de la Provincia es solo
aproximativa pues no se ha explorado. (Documento
07)
El fuerte había sido nuevamente abandonado y como los malones
seguían actuando, el Poder Ejecutivo Nacional, el 7 de junio de
1875 encargó al coronel Lucio V. Mansilla, en ese momento a
cargo de la IV Intendencia Militar de las provincias de La Rioja
y Córdoba, hacer un estudio detallado de la situación, con
planos y presupuestos para restablecer la línea de frontera en
los departamentos cordobeses San Justo, Santa Rosa de Río
Primero, Tercero Abajo, Unión y Río Seco.
En su informe recomienda al Vice gobernador de Córdoba, Fernando
Zavalía, el pronto restablecimiento del Fuerte Los Morteros con
cincuenta hombres, la creación de un fortín en el borde de Los
Saladillos y el establecimiento de dos postas militares. (Documento
08)
En 1880 el Fuerte Los Morteros contaba con treinta efectivos y
paulatinamente fue perdiendo importancia por la reducción del
avance de los indios. Sus hombres fueron traslados a la nueva
línea de frontera ubicada más al norte, quedando la zona en
mejores condiciones para ser poblada y dedicadas, sus tierras, a
la producción.
En 1888 son aprobados los planos de la Colonia San Pedro,
propiedad de José Milessi y Hno. Al comenzar la venta de campos,
Pedro y Cristóbal Mangini compran la fracción donde se
encontraba el fuerte. Proceden a la demolición del mismo y con
los materiales construyen la vivienda familiar en las
inmediaciones.
Haremos una referencia al Fortín Mar Chiquita o Fortín La Costa
que también participó en la línea defensiva contra las
invasiones de los indios del Chaco.

Fortín Mar Chiquita - Dibujo de Celestino B.
Vaira en base al informe
de Juan A. Noguera a W. Paunero del 6 de julio de 1864
En el informe de Noguera puede leerse que, desde el Fuerte de
Los Morteros "... hay cuatro leguas y medias al fuerte
denominado la Mar Chiquita situado en buen campo de pastos,
aguadas y maderas abundantes, tiene un fuerte de 50 varas
cuadradas de palo ha pique, buenas cuadras para la tropa y
cuartos para oficiales, buenos corrales para caballada y
hacienda bacuna. Como V.S. verá los trabajos en la frontera
Norte de Córdoba son inmejorables y esto es debido a la
constancia y asiduo trabajo que ha tenido el 2º Gefe de esta
frontera Teniente Coronel Don Mariano Pérez, a quien me permito
recomendar a la consideración de S.E.".
Padeció los mismos problemas del Fuerte Los Morteros, de quien
dependía, y se mantuvo en funcionamiento el mismo tiempo.

Caravana de carretas - Obra de Palliere
Mariano Alvarado Zenavilla.
En el capítulo que lleva por título "1891: Año de la Creación"
de su libro "Temas de
la vida de Morteros en sus 100 años" y en relación al nacimiento de los pueblos,
Norma C. Fenoglio señala que existe "... una diferencia
conceptual desde el punto de vista histórico: algunos pueblos
fueron fundados, otros, fueron creados".
En tiempos de la conquista española los pueblos se fundaban de
acuerdo a las disposiciones vigentes, en especial, las Leyes de
Indias, cumpliendo con todo lo que en ellas se ordenaba. Se
dejaba constancia en el Acta de Fundación, la cual era firmada
por el fundador, el escribano y todos los presentes como
testigos del acto fundacional.
Más adelante, durante la colonia, los pueblos se creaban por
Decreto del Gobierno, respondiendo a la correspondiente
solicitud.
MORTEROS, pertenece a este grupo, siendo creado por Mariano
Alvarado Zenavilla el 12 de agosto de 1891.
Consultando la información suministrada por Norma C. Fenoglio en
su libro "Mariano Alvarado … un protagonista de su tiempo",
podemos decir que Mariano Alvarado nació en Tarija, Bolivia, que
estaba en poder de los realistas en ese momento, el 15 de agosto
de 1825. Fueron sus padres Ramón Esteban Alvarado Sánchez de
Bustamante (1793-1870) y María Leocadia Zenavilla Iriarte
(1804-1896). Siete fueron sus hermanos: María Candelaria,
Santiago, Julia Secundina, Leocadia, Cesárea, Ramón y Carmen.
Su niñez, hasta los siete años, se desarrolló en Jujuy, pero
como su familia era unitaria debió exilarse en Bolivia, pudiendo
regresar después de la batalla de Caseros (03-02-1852);
radicándose definitivamente en el país y acompañando a su padre
en el negocio de arrías de mulas para el transporte de
mercancías al Alto Perú.
En 1854, la familia se trasladó a la ciudad de Rosario,
Provincia de Santa fe, en razón de que su padre fue elegido
senador nacional por Jujuy en la Confederación Argentina en
Paraná.
Don Ramón Esteban continuó con el negocio de la cría de ganado
mular fundando el establecimiento "Santa Leocadia" en la costa
del Paraná, entre el Arroyo Seco y el Arroyo Pavón.
El 12 de febrero de 1860, al instalarse el primer gobierno
municipal de Rosario, Mariano Alvarado asume como concejal
suplente, acompañando a diez titulares y dos suplentes. [Diario
"La Capital", Rosario 12-02-1985. Citado por Norma Fenoglio]
A los 35 años de edad, el 15 de agosto de 1860, Mariano Alvarado
contrajo matrimonio con Rosalía Uset Rueda (1840-1883), con
quien tuvo seis hijos: Saturnino Adolfo del Rosario (1866);
Mariano Leocadio del Rosario (1867); Cipriano Arturo (1869);
María Leonor del Rosario (1871); Eugenia Ernestina del Rosario
Evarista (1873) y Carlos Oscar del Rosario (1876), todos nacidos
en Rosario.

Mariano Alvarado y Rosalía Uset Rueda
Cuando la ciudad de Mendoza, fue asolada por un violento
terremoto, el 20 de marzo de 1861, el gobierno de Rosario
designó a Mariano Alvarado, Aarón Castellanos y José Olguín para
actuar "... en el enlace y coordinación de las comisiones colectoras
de fondos, compuestas por tres ciudadanos, designados
representantes de cada una de las colectividades extranjeras
residentes y establecidas en la Sociedad de Beneficencia".
[Diario La Capital, Rosario 03-04-1985. Citado por Norma Fenoglio]
Al año siguiente fue elegido por el "Gefe Político" de la Ciudad
de Rosario, que era el cargo de presidente de la Municipalidad o
presidente de la Honorable Corporación, nombrado directamente
por el Gobernador, como concejal titular.
Conjuntamente con Marcelino Freyre, Guillermo Perkins, Lindoro
Ramallo y Martín Fragueiro formó la comisión que se encargó de
preparar los productos agrícolas que representarían a la
Provincia de Santa Fe en la Exposición Universal de Paris,
inaugurada el 1 de abril de 1867 por el príncipe Jerome Napoleón
Bonaparte II.
Mario Alvarado, junto a un grupo de ganaderos de la zona,
comienza a trabajar para organizar una sociedad rural en Rosario
con el objetivo de "... poner fin a los crímenes horribles y robos
escandalosos que se producen y garantizar la vida y la propiedad
en la campaña". En ese sentido, el 23 de enero de 1864, el
periódico "El Ferro-carril" invita a una reunión en casa
de Ignacio Ortiz para discutir un reglamento e instalar un Club
de interés para el gremio rural.
El Diario "La Capital" de Rosario informa el 21 de mayo de 1868,
la integración de la comisión organizadora de la "Sociedad
Rural", formada entre otros por: Adolfo Carranza, Pedro Araya,
Cayetano Silva y el Cnel. Fermín Rodríguez y el 16 de junio de
1871, transcribe información de la Sociedad Rural del
Departamento Rosario, destacando que Mariano Alvarado preside la
primera comisión directiva. Lo hará en los años 1871 y 1872.
Continuando con la información sobre esta institución podemos
decir que en 1879 se lanza la idea de crear una Sociedad Rural
Santafesina, la que será fundada el 19 de marzo de 1895 y el 5
de junio de 1909 pasará a denominarse "Sociedad Rural de
Rosario" en una asamblea presidida por el Dr. Lisandro de la
Torre.
Atilio Giuntoli, en su libro "Historia de Arroyo Seco" comenta
que Mariano Alvarado, el 15 de junio de 1871, por decreto del
gobernador de la Provincia de Santa Fe Simón de Iriondo
(1836-1883), fue nombrado Comisario de Policía para el Distrito
Arroyo Seco del Sur. Esta ciudad está ubicada en la costa del
Paraná a 32 km al sur de Rosario. Es el viejo e histórico "Pago
de los Arroyos".
El 1º de septiembre de 1874, abrió sus puertas el Banco
Provincial de Santa Fe, en Rosario, capital de la Provincia,
estableciéndose como banco de capital mixto estatal/ privado,
sobre la base de una iniciativa del gobernador Servando
Florencio Bayo (1822-1884).
Mariano Alvarado, tres meses antes, había formado parte de la
Comisión Provincial creada para la gestión del banco, haciéndolo
en representación del Poder Ejecutivo. Inaugurada la entidad
crediticia fue confirmado como vocal del primer directorio.
Leyendo a Norma Fenoglio en "Mariano Alvarado ... Un protagonista
de su tiempo", sabemos que Alvarado "... no solo se interesó por las
actividades políticas y económicas, también integró algunas
asociaciones literarias y científicas, tales como la Sociedad de
estímulo Literario (1870); Biblioteca Popular de Rosario (1872);
Sociedad Pedagógica (1873); Sociedad Literaria de Mayo (1877);
Sociedad Científico Literaria Alberdi (1878); Sociedad Literaria
Progreso (1878); Ateneo de Rosario (fundador en 1880); Centro
Español de Rosario (1883); Filiar Rosario del Instituto
Geográfico Argentino (1884); entre otras".
Mariano junto a su esposa Rosalía y los dos hijos menores viajó
a Europa en junio de 1878, regresando en diciembre de 1879.
Redactó un minucioso "diario de viaje", que aún se conserva
y nos permite
enterarnos por él que padecía una enfermedad que lo tenía a
mal traer, posiblemente tuberculosis.
Creación de la Villa "Pueblo de Morteros".
Pacificada la zona, para llegar al tema del título, es necesario
transitar dos caminos que conducen a él: las leyes tendientes a
la promoción, estímulo y radicación de los inmigrantes que
quisieran establecerse e invertir en la región; en segundo
lugar, la presencia del ferrocarril.
Un primer intento de recolonización de la frontera fue dado por
la Honorable Representación de la Provincia de Córdoba, a cargo
del General José María Paz, el 6 de octubre de 1830, sancionando
la ley por la cual, a lo largo de diez años, se otorgaba una
serie de privilegios para los pobladores que se radicaran en las
inmediaciones de los fuertes. Esos habitantes, sus familias y
sus propiedades estaban libres del pago de todo derecho,
contribución o préstamo ordinario o extraordinario; se los
absolvía del diezmo en los productos de agricultura y de
pastoreo. Se los absolvía de la prestación del servicio militar,
salvo, el de frontera,
En el orden nacional, se comenzó a aplicar Ley de Colonización e
Inmigración Nº 817 aprobada el 6 de octubre 1876, en la
presidencia de Nicolás Avellaneda (1837-1885), que tenía por
misión poner orden en los asentamientos que se emplazarían en
tierras del interior. [Ver
Ley 817 de Inmigración y Colonización o Ley Avellaneda de 1876]
En el orden provincial, el 31 de julio de 1886, la legislatura
cordobesa sanciona la primera Ley de Colonias con que contara la
provincia. Esta ley reglamenta en sus siete primeros artículos
la fundación de colonias por parte del poder ejecutivo
provincial, estableciéndose los siguientes criterios: deben ser
creadas en campos fiscales, deben dejarse solares para el
pueblo, su extensión no podrá ser mayor a cuatro leguas
cuadradas, se venderán en remate público y se eximirá, a los
adquirientes, de impuestos fiscales por el término de diez años.

Dice Efraín U. Bischoff que esta ley fue estructurada por Ramón
José Cárcano (1860-1946), "... quien pretendía atraer con
ella una colonización laboriosa, concediendo ciertos beneficios
respecto del pago de los impuestos, colocar la tierra en
condiciones de ser apetecida y establecer garantías en orden y
justicia". El gobierno de Ambrosio José Olmos (1939-1906) se
mostró muy decido a apoyar la inmigración espontánea, que llegó
a esta zona de la provincia, en forma cautelosa,
mayoritariamente de la región del Piemonte, Italia. (Documento
09 - Ley de Colonias de la Provincia de Córdoba)
Según el contrato establecido entre el poder ejecutivo Nacional
y la sociedad anónima "Ferro Carril Central Argentino",
firmado el 16 de mayo de 1863, se donaban a la compañía
concesionaria los terrenos por donde pasarían las vías hasta una
legua a cada lado de las mismas, en toda la extensión de la red,
con la sola obligación de poblarlas. El tramo Rosario-Córdoba
fue inaugurado el 18 de mayo de 1870, y sobre esta línea y las
otras que se tendieron posteriormente o en sus proximidades se
ubicarían la mayoría de las colonias, insinuando ya la
configuración actual de la provincia.
A nivel comparativo, en 1883 existían solamente 5 colonias, 31
en 1887 y 176 en 1898, con una población total de 56.388
habitantes, predominantemente de origen italiano (el 79%). Se
concentraron en las zonas Este, Sudeste y Sur del territorio, o
sea en la denominada "pampa húmeda", apta para todo tipo
de cultivos y cría de animales, productos destinados al mercado
mundial. El trazado más frecuente es el ajedrezado. La
sociabilidad se concentraba en la estación del ferrocarril, el
templo, el comercio de artículos generales. Progresivamente
fueron apareciendo el juzgado de paz, el destacamento policial,
el registro civil, la escuela, etc. Los problemas que
compartieron todos los colonos fueron el adaptarse a un contexto
socio-cultural distinto al de su país de origen (y probablemente
por esto se aferraron en algunos casos a sus hábitos
tradicionales), la escasez de escuelas, el precio de la tierra o
de los fletes del ferrocarril, etc.
Pese a estos inconvenientes, algunas colonias prosperaron, otras
fueron absorbidas por núcleos mayores o cambiaron de
denominación, y en la actualidad es posible detectar aún alguna
de ellas entre las poblaciones importantes de la provincia (por
ejemplo, San Francisco, Laborde, Laboulaye).
En lo que a ferrocarril se refiere, la historia dice que, el 11
de abril de 1889 en la Asamblea extraordinaria de la inglesa
"Buenos Aires Rosario Railway Company Limited (FCBAR)" que
manejaba los trenes en el centro del país, se aprueba la
extensión del Ferrocarril Ramal 2º Gálvez – Iturraspe -
Morteros, siendo el mismo de trocha ancha.
Dos años después, el ramal fue adquirido por otra compañía de
origen inglés, el "Ferro Carril Central Argentino (FCCA)";
a quien le autorizarán el Proyecto y Ejecución de los trabajos
de Construcción de la traza férrea, por Ley 2432 del 12 de
noviembre de 1888, en cuya ejecución invertirá la suma de
582.551 libras, 18 chelines y 4 peniques. Esta "FFCC Central
Argentino" era una de las principales empresas ferroviarias
del país, en ese momento, logrando expandir sus rieles desde
Rosario a todo el norte argentino, ya sea comprando líneas,
construyendo ramales propios, manipulando el ancho de trochas o
fusionándose con otras ferroviarias para la evasión de
impuestos.
Estas empresas de capitales británicos trajeron el progreso, sin
dudas, pero lo hicieron a muy alto costo. Se caracterizaron por
implementar manejos económicos que siempre les resultaron
favorables en todo sentido, presionando, envolviendo o incluso
recompensando a las más altas autoridades del gobierno nacional.
En 1868, por Decreto Provincial, la empresa "FFCC Central
Argentino", que tomó la construcción del Ramal Rosario –
Córdoba, que 20 años más adelante hará Gálvez - Morteros,
negoció una cláusula por la cual la Nación, le cedería una banda
de tierras de una legua de ancho a cada lado de las vías, a lo
largo de todo el trayecto; ésto, en compensación o regalía por el
riesgo de obra. También fue convalidado por la Provincia de
Santa Fe, comprometiéndose ambas a ceder tierras fiscales
ubicadas en el trazado, o bien comprar o expropiar los campos
que ya tuvieran propietarios.

Llegado el momento, la provincia no disponía de los fondos para
hacer frente a las obligaciones contraídas, por lo que se
decidió vender tierras fiscales disponibles, para lo cual se
mensuraron, amojonaron y tasaron, tratando de venderlas a través
de compañías privadas que cobrarían una comisión del 6%. No
llegó a concretarse ya que los capitales cordobeses no prestaron
ninguna atención al negocio.
Se debió recurrir a la Nación solicitando un préstamo para
cancelar deudas con la "FCBAR", entregando tierras en
carácter de garantía que luego fueron transferidas a la empresa.
Un total de 144 leguas cuadradas de tierras públicas de la
Provincia de Córdoba fueron subastadas en remates públicos que
se hicieron en 1873 en dos tandas, el 19 de mayo y el 8 de
julio, totalizando 62 leguas cuadradas. El resto se subastaron
el 1º de diciembre de 1881, aprobándose las actas en enero de
1883 y escrituradas en el mismo año. [A.H.P.C. Gobierno, 1882,
Prot. 2, Esc. de Hac. Nº 1, Fol. 67 y 71] (Documento
10)
Llegamos así a las tierras en las que se van a crear colonias y
pueblos en el área noreste de la Provincia de Córdoba.
El primer adquirente, Sr. Arturo Eduardo Smithers, residente en
Londres, compró a Julio Argentino Roca a través de su apoderado
Sr. Miguel Dugan, el 19 de junio de 1882, las suertes: 29 – 31 –
36 – 37 – 38 – 39 – 40 – 42 y 43, que se identifican en el Plano
Catastral de la Pedanía Libertad del Dpto. San Justo, superando
las veinticinco leguas cuadradas, que incluían Morteros,
Brinkmann y Milessi.

PLANO CATASTRAL - Pedanía Libertad
Tomado de "Temas de la vida de Morteros en sus 100 años"
Arturo E. Smithers, el 31 de mayo de 1883, le vende al
inmigrante francés, Honoré Juan Bautista Bigand, residente en
Rosario, los lotes 36, 37, 38, 39 y 40.
En una segunda venta transfiere las suertes 29, 31, 42 y 43,
aproximadamente trece leguas cuadradas a John P. Wyrley Birgh,
residente en Montevideo, actuando su apoderado Guillermo White.
La 29 y 31 pasarán a ser la Colonia Milessi y la 42 y 43,
Colonia San Pedro. (Documento
11)
Volvemos ahora a quien reconocemos como creador de la Villa
Morteros. Después de su viaje a Europa padeció el fallecimiento
de su esposa Rosalía Uset Rueda, el 28 de junio de 1886. Al año
siguiente fue nombrado perito tasador de la sucesión de Honorio
Bigand, fallecido el 28 de agosto de 1887, en Rosario.
Según la documentación aportada por Norma Fenoglio en su libro
"Mariano Alvarado ... un protagonista de su tiempo",
Bigand había testado el 20 de abril de 1878 y modificado el 24
de marzo de 1884. Entre los bienes de la sucesión estaban las
siete leguas cuadradas "... ubicadas en el paraje denominado
Los Morteros del Departamento San Justo de esta Provincia".
La cónyuge y heredera Sra. Predestina Petit de Bigand, el 17 de
mayo de 1889, le vende a Mariano Alvarado las suertes 38, 39 y
40 con una superficie de 188.988.912 m2 por la suma de 175.000
pesos nacionales c/l, a razón de $ 9,26 la ha.
Fue en estos terrenos donde Mariano Alvarado delineó una villa,
en el ángulo suroeste de la fracción 38 y solicitó su aprobación
al Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba, siendo su titular
Eleazar Garzón (1890-1892):
"A S. S. el Sr. Ministro de Gobierno Don Ramón A.
Figueroa
Mariano Alvarado, vecino de la localidad de
Rosario de Santa Fe accidentalmente aquí, ante S. S.
espongo:
Que habiendo hecho delinear una villa en terrenos
de mi propiedad lindando por todos sus rumbos con
más terrenos de mi propiedad, teniendo cada manzana
noventa metros por cada costado, lo que se indica en
el plano adjunto, solicito de ese Ministerio se
sirva prestarle la aprobación correspondiente.
Esperando del Señor Ministro, quiera darle
atensión á mi pedido, saludándole con el mayor
respeto y consideración.
M. Alvarado"
El Poder Ejecutivo Provincial le responde con el
Decreto 172 del 12 de agosto de 1891:
"Departamento de Gobierno
Vista la solicitud del Sr. Marianao Alvarado, en
que pide se apruebe la delineación de una Villa,
hecha en terrenos de su propiedad ubicados en la
Pedanía “Concepción” Depart. San Justo, á
inmediaciones de la Estación Morteros (F.C. á
Sunchales) y atento al dictamen del Departamento
Topográfico.
El Gobernador de la Provincia
Decreta
Art. 1º Apruébase la precitada delineación y en
consecuencia créase la Villa en el paraje espresado
que se denominará 'Pueblo Morteros'.
2º Comuníquese, publíquese y dese al R. O.
Firmas: E. Garzón y Ramón A. Figueroa"
[A.H.P.C. Gobierno 1892, Tomo 11, Asuntos diversos,
Fº 84 y sig. "Pueblo Morteros en San Justo"]
De esta manera quedó creada la Villa "Pueblo
Morteros", compuesta por 108 lotes en el sector
sur oeste de la Colonia Morteros, siendo Mariano
Alvarado su creador.

Busto de Mariano Alvarado
|
Mariano Alvarado, el 23 de febrero de 1892 vende a Juan Beiro
(1850-1923) las 18.898 ha que le había comprado a la sucesión
Bigand. El precio de venta fue de 92.180 pesos oro sellado [1 $
oro = m$n 2,27]. Hubo problemas en la escrituración, la que fue
otorgada el 9 de agosto de 1894.
Pocos días después, el 21 de agosto, fue aprobada por el
Gobierno de Córdoba la Colonia Morteros, propiedad de Juan Beiro.
Las siete leguas cuadradas estaban divididas en ciento setenta y
cinco lotes, comprendiendo el Pueblo, el que fue fraccionado en
ciento ocho lotes. A partir de ese momento podía recibir los
beneficios de la Ley de Colonias. (Documento
12)

Juan Beiro y su esposa Luisa Devoto
Mariano Alvarado, creador de la Villa "Pueblo de Morteros", falleció el 3
de julio de 1892, en Rosario. Sus restos descansan junto a los
de su esposa, en el Cementerio de Rosario. El diario “La
Capital” de esa ciudad, en la edición del 9 de julio de 1926,
bajo el título "Rosario en el recuerdo. 100 años", se
refería a nuestro protagonista en estos términos:
"Mariano Alvarado fue uno de los vecinos de Rosario que más
se distinguió en la transformación de la antigua Villa,
colaborando como pocos en la obra de adelanto y prosperidad de
sus fuentes de recursos fueran aquellos naturales o creados por
la iniciativa de aquellos que mantuvieron absoluta conciencia en
la grandeza de sus destinos". [Citado por Norma Fenoglio]
Las Colonias.
En el noreste de la provincia de Córdoba, con la pacificación
del sector y la llegada de los inmigrantes, entre 1888 y 1894,
con los antecedentes expuestos, surgieron las Colonias que
aportaron tierras en forma confluyente para la formación de
Morteros.
Son ellas, según lo descripto en "Temas de la vida de Morteros
en sus 100 años":
Colonia San Pedro: en las suertes 42 y 43 con 16.000 ha,
fundada por José y Pedro Milessi; aprobada por decreto del 6 de
junio de 1888.

Colonia San Pedro (1922)
Foto Museo Regional "Angel
Francisco Molli"
Colonia Isleta: en el sector sur de las suertes 36 y 37
con 5.300 ha, fundada por Pablo y Alberto In’ Aebnit; aprobada
por decreto del 29 de marzo de 1889.
Colonia Milessi: en los lotes 29 y 31 con 9.237 ha,
fundada por los hermanos José y Pedro Milessi; aprobada en 1892.

Colonia Milessi (1919)
Foto Museo Regional "Angel
Francisco Molli"
Colonia Los Morteros: en las suertes 38, 39 y 40 con
18.898 ha, propiedad de Juan Beiro; aprobada el 21 de agosto de
1894.

Colonia Beiro (1907)
Foto Museo Regional "Angel
Francisco Molli"
En el mismo período, en el entorno del pueblo surgieron otras
cuatro Colonias, son ellas:
Colonia Maunier: en los lotes 33, 34 y 35 con 20.000 ha,
fundada por Luis Maunier; surgió en 1890.

Estancia Maunier - Dibujo de Brossino
Colonia Dos Hermanos: en los lotes 36 y 37 con 10.824 ha,
creada por José y Francisco Clusellas; aprobada por decreto del
6 de mayo de 1890.

Colonia Dos Hermanos (1910)
Foto Museo Regional "Angel
Francisco Molli"
Colonia Miramar: con 9.000 ha por iniciativa de Perret y
Gasser; aprobada en abril de 1892.
Colonia Diez de Julio: en los lotes 84 y 85 con 22.139
has, por iniciativa de Francisco Mackinley y Tristán Malbrán en
1892. (Documento
13)

Colonia Diez de Julio (1912)
Foto Museo Regional "Angel
Francisco Molli"
Las Colonias creadas debieron cumplimentar lo exigido por la
reglamentación dictada el 20 de abril de 1888, donde se
especificaban los requisitos a cumplir para su aprobación: al
plano correspondiente se debía agregar una solicitud de
aprobación donde constara el nombre, la ubicación y extensión de
la Colonia, número y superficies de lotes de villa y de campo,
número de familias ya establecidas o contratadas y distancia a
la vía férrea más próxima.
Retornando al tema ferrocarril podemos decir que, establecidas
las colonias, según lo indicado, más allá de las disputas que se
tejieron, en el pueblo, por donde debía hacerse el trazado de las
vías, la empresa inglesa dispuso tenderlas en la línea divisoria
de las colonias, dejando a las Colonias Los Morteros y San Pedro
al este y a las Colonias La Isleta y Milessi, al oeste, siendo
el cuadrifinio la intersección de los actuales boulevard Eva
Perón y las vías del ferrocarril, que corren entre los bulevares
Hipólito Yrigoyen, al oeste y Boulevard Belgrano, al este.

Estación Morteros y llegada de la primera
formación del FCCA (14/02/1891)


El Pueblo Los Morteros, en el lado este, ya había sido
delineado, pero no aprobado y en la Colonia Isleta en el oeste,
aún no se había aprobado la creación de Municipalidad, cuando el
14 de febrero de 1891 arribó desde el sur, a la estación ubicada
en el km 608,8 (de Retiro), el primer tren a Morteros,
habilitando el tramo Iturraspe - Morteros del Ferrocarril
Central Argentino. Importantísimo acontecimiento para el pueblo
en gestación.
En el A.H.P.C. en la Serie Registros Notariales 1, 2, 3, y 4
(1882-1925) Año 1893 Día 12/06, quedó asentado:
"ESTACION MORTEROS: Fracción de terreno para fundar la estación
'Los Morteros' que Mariano Alvarado vecino de Rosario, hizo
donación remunerativa a la Compañía de FFCC de Buenos Ayres y
Rosario Limitada entre los kilómetros 187,340 y 188,226 'de
Gálvez'. El área donada para estación del ramal a Morteros
comprendía 41.250 m2 y se hallaba ubicada en el paraje del mismo
nombre y en el establecimiento de Alvarado. Colindantes: SE
halla entre las propiedades de Julio Brinkmann, Miguel Cerana y
Alberto In’Aebnit. La estación es cortada por un camino vecinal.
ESTACION MORTEROS: Fracción de terreno para establecer la
estación 'Los Morteros' que Miguel Cerana, vecino de General San
Martín, Provincia de Santa Fe, hizo en donación remunerativa a
la compañía del FFCC de Buenos Aires y Rosario Limitada entre
los kilómetros 186,900 y 188,226,5 'de Galvez'. El área donada
para estación 'Morteros' comprendía 104.177,5 m2. Se halla entre
las propiedades de Julio Brinkmann, Mariano Alvarado y Alberto
In’ Aebnit.
COLONIA ISLETA: Fracción de terreno ubicada en la concesión de
la letra B del lote Nº 2 de la colonia Isleta, Departamento San
Justo, comprendida entre el kilometro 188,266,50 'de Gálvez' y
606,730 'del Central' que Alberto In’ Aebnit vendió a la
Compañía del F.F.C.C. de Buenos Aires y Rosario Limitada y
comprendía un área de 9.572,5 m2 destinados a la
vía del ramal a Morteros. COLINDANTES: Por el Norte y Oeste con
terrenos del vendedor; por el Este con sucesores de Bigand y
Sur, con la misma línea férrea".
No podemos abandonar este tema de la creación de Morteros sin
mencionar que, en paralelo y coetáneamente en el sector oeste de
las vías del ferrocarril, se desarrollaba un espacio urbano
de la mano de los propietarios de la Colonia Isleta, los
hermanos Pablo y Alberto In’ Aebnit. Estos, por derecho propio, deben ser considerados cofundadores o cocreadores de Morteros;
aunque, presumiblemente, no hayan cumplido con el trámite
administrativo correspondiente a la aprobación del trazado del ejido.
(Documento 13 A)
Cuestión de límites.
La línea del amojonamiento con Santa Fe se concluyó en marzo de
1885, siendo los representantes de la Provincia de Córdoba los
agrimensores Eleazar Garzón y Manuel Recarey. Se dejó sin
amojonar el tramo desde Morteros, dos leguas al este del antiguo
Fuerte Los Morteros, hacia el noroeste por no tener acuerdo en
la ubicación de la Laguna de los Porongos.

Amojonamiento en el límite Córdoba - Santa Fe
(1884)
La línea no fue aceptada, los trámites continuaron sin llegar a
acuerdos. Santa Fe pretendía parte de Morteros y parte de San
Francisco.
En 1970, la Comisión Nacional de Límites declaró infundadas las
apetencias de Santa Fe sobre la Mar Chiquita y Morteros, como
también las de Córdoba sobre la Laguna de Los Porongos. El
dictamen fue convalidado por la Ley Nacional 18620/1970
sancionada por el P.E.N. el 18 de marzo de 1970, con las firmas
del Presidente de facto Onganía y su Ministro del Interior
Francisco A. Imaz. (Documento
14)
El general Guillermo Rubén Sánchez Almeida, mandatario de la
Provincia de Santa Fe, se opuso firmemente al fallo, aduciendo
que no se ajustaba a la verdad histórica ni topográfica de los
dominios y posesiones invocadas; Morteros y San Francisco, según
el Gobernador, "... le pertenecen irremisiblemente" a la
Provincia de Santa Fe.
En el orden nacional, la verticalidad del gobierno de ese
momento no dio trascendencia al reclamo que, rápidamente se
diluyó entre otras urgencias de la hora: el secuestro y muerte
del ex Presidente de facto General Pedro Eugenio Aramburu
(01-06-1970) y el reemplazo del dictador Juan Carlos Onganía, el
8 de junio de 1970, por el General Marcelo Levingston.
Los problemas limítrofes con Santiago del Estero son muy
antiguos, ya que en 1590 el Cabildo de Córdoba protestaba ante
el Gobernador del Tucumán Juan Ramírez de Velazco (1539-1597)
por varios hechos de invasión de jurisdicción. (Documento
15)
Se insistió en 1670 y alrededor de 1710, el Gobernador Esteban
Urizar y Arespacochaga (siglo XVII- 1724) ordena trazar límites
entre Córdoba y Santiago del Estero, pero no se llegó a cumplir.
Nuevos problemas se producen cuando el Curato de Sumampa quedó
en jurisdicción de Santiago del Estero.
Después de un largo período sin disputas, aunque los
santiagueños continuaban sus andanzas por tierras del norte y
este de Mar Chiquita; incluso en 1859, vendieron tierras sin
obligación de tomar posesión ni hacer mensura.
En 1865, el gobernador de Santa Fe Nicasio Victorino Oroño
(1825-1904), el Gobernador de Córdoba, Mateo José Luque
(1820-1874) y el mandatario de Santiago del Estero, Absalón
Ibarra (1834-1890), por medio de sus respectivos técnicos no
lograron acuerdo para fijar límites definitivos, mientras que
seguían vendiéndose tierras en Buenos Aires y Rosario, pero
cuando los adquirentes querían tomar posesión se encontraban con
que ya estaban ocupadas.
El antiguo Camino de los Santiagueños o Camino de los Sunchales,
fue muy tenido en cuenta para la resolución de este conflicto (Documento
16)
En el libro Alegato de Córdoba presentado en octubre de 1972
ante la Comisión Nacional de Límites Interprovinciales puede
consultarse una profusión de detalles sobre este tema.
Recién en 1983, se sancionó la Ley Nacional 22789, el 25 de
abril de ese año, fijando los límites definitivos entre las
Provincias de Córdoba y Santiago del Estero. (Documento
16 A)
En torno a la Capilla.
El 10 de agosto de 1892, el Obispo de Córdoba Fray Reginaldo
Toro separó del Curato de San Justo y Pastor, el de San Pedro
Apóstol, fijando como Iglesia Parroquial, provisoria a la
Capilla de Colonia
San Pedro, nombrando al Presbítero Manuel Rizzo para la
atención de la misma.

Capilla de Colonia San Pedro y Fray Reginaldo
Toro
En el mismo año, en terrenos recientemente adquiridos a Mariano
Alvarado, Lotes G y H de la manzana 40, del "Pueblo Morteros",
Juan Beiro y su esposa Luisa Devoto, mandaron construir la
Capilla cuya advocación es Virgen de la Asunción. Cumplía, de
esta manera, con una obligación que tenían los colonizadores,
impuesta por ley, para la provisión de los medios para el
sustento espiritual de los colonos; quienes, también, aportaron
para la concreción del templo.
Mayo de 1892, se da como fecha de comienzo de la construcción de
la capilla.
Dejaremos al Sr. Juan Beiro el relato de su
gestación en su informe que presentara, al
Arzobispado, el 25 de julio de 1905:
"COMO HA TENIDO ORIGEN LA EDIFICACIÓN DE LA
IGLESIA Y PARROQUIA DE MORTEROS
A principios de 1892 en una conversación, su
Excelencia el finado Obispo Diocesano Fray Reginaldo
Toro, me pidió edificara una iglesia en el Pueblo
Morteros que yo había recién fundado [sic]. Le
observé entonces que no tenía inconveniente en
edificarla, siempre que la Curia pensara en el
sostenimiento de la misma.
En aquel entonces no había más iglesias en todo
el Departamento San Justo (700 leguas de superficie)
que la Parroquia de San Justo [San Pedro] y la
Capilla del Pueblo San Francisco Viejo.
Para formar patrimonio y asegurar el
funcionamiento á la Iglesia que me aconseja
edificar, el finado obispo me hizo tener una
conferencia con el Cura Correa para que diese su
consentimiento, para dividir su extensa parroquia en
tres: de aquí proviene el curato de Morteros con
jurisdicción sobre los pueblos Porteña, Brinkmann,
San Pedro y Diez de Julio.
En Mayo del mismo año, como convenido, por
formalidad solicité, al Sr. Obispo, permiso para
edificar la iglesia en el Pueblo Morteros siendo
acordado después de haber aprobado el plano en todos
sus detalles de edificación y ubicación.
Queda pues bien claro y definido que la Iglesia
de la Virgen de la Asunción, por mí edificada; había
sido creada Parroquia desde un principio.
A más: en años posteriores y hasta que quedó al
frente de la Diócesis el finado Obispo, las capillas
edificadas en Porteña, Brinkmann y la de San
Bartolomé en Morteros, quedaron bajo el Curato de
Morteros, es decir, bajo la iglesia de la Asunción,
según Decreto.
Cuando por la enfermedad del Diocesano, se hizo
cargo del Obispado Don Aquilino Ferreira, éste sin
consultarme como patrono de la iglesia y pasando por
encima á toda equidad y justicia, la despojó de sus
derechos parroquiales transfiriéndolos á la Capilla
de San Bartolomé, dando instrucciones al cura por él
nombrado, de oficiar misa en la iglesia despojada de
vez en cuando si lo creyera oportuno.
En la misma época presenté, como patrono, un
sacerdote por medio de un escrito que es el mismo
que menciona S. E. en su carta de fecha 4 del
corriente mes y de cuya resolución nunca he sido
notificado. Firmado: J. Beiro" [A.A.C. Legajo
47. Tomo I – Imagen 397 y 398] |
Aún sin consagrar, comenzó a funcionar y el 14 de septiembre de
1893, se nombró a su primer capellán Presbítero Francisco
Lionetti, quien se desempeñará por el término de un año. Como
correspondía, el Obispo lo comunicó al párroco de la Parroquia
de San Pedro. (Documento
16 B)
Al año siguiente, se había programado para el 15 de agosto, día
de la Virgen de la Asunción, la bendición del templo por parte
del Obispo Reginaldo Toro (1839-1904), ante la imposibilidad de
que el prelado se trasladara a Morteros, debió postergarse para
el 23 de septiembre.
Francisco Brossino, recopilador de historias de Morteros, se
ocupa de describir la ceremonia asegurando que "... al Obispo
lo acompañaba el Sr. Gobernador de Córdoba Dr. Astrada; hizo el
viaje desde Córdoba en coche, pernoctó en Río Primero,
continuando al otro día; al aproximarse a Morteros, los
colonizadores fueron a recibirlo con carros y algunos caballos,
en el camino a la par de las vías. Llegó cerca del mediodía y
después de vestirse con los hábitos sacerdotales comienza con la
bendición, con un Martillito de Oro golpea tres veces la puerta
cerrada, abre, entra y caminando hacia el altar golpea con el
martillo las columnas tres veces y el piso, ya en el altar
bendice a la Virgen María Asunta, firman el Libro de Oro, reza
solemne misa y se hace la procesión. Así termina la bendición".
El acto se completa labrándose el acta respectiva que da cuenta
que, "... en el pueblo de Morteros, Provincia de Córdoba, á
veintitrés de septiembre de 1894, estando presente el
Ilustrísimo Obispo Diocesano Don Fray Reginaldo Toro, el Exmo.
Señor Gobernador de la Provincia, Don Julio Astrada y demás
firmantes de esta acta, se bendijo solemnemente, por el Sr.
Obispo, el templo de esta población, siendo padrinos el Sr.
Gobernador Don Julio Astrada y su esposa Angelina C. de Astrada;
diputado de la Provincia Manuel J. Astrada y su señora Catalina
M. de Astrada, Juan Beiro y su esposa Luisa D. de Beiro, señora
Rosa A. de Tarrio, señorita María Angélica de Moyano, Tomasa
Clara, Aurora Rodríguez, Sofía Rodríguez, Adelaida Rossi, Dr.
Pablo Julio Rodríguez, Senador Juan José Pitt, Senador Antonio
del Valle, Dr. Tomás Cabeda y Sr. Miguel Olmos y el Gefe
Político Jaima Culler y por constancia los firmaron para
perpetuo recuerdo. Siguen las firmas de las personas mencionadas
arriba y de otras más: Rubén Márquez, Rufino del C. Pucheta y
Fray Tomás Ortega". [A.A.C. Legajo 47. Tomo I – Imagen 399/
463]

Capilla Nuestra Señora de la Asunción - Dibujo de
Celestino V. Vaira
Gentileza de Ángel Francisco Molli
Los vecinos de San Pedro muy preocupados por comentarios que
recibían referidos al traslado de la Parroquia a la "Iglesia
de Beiro", se dirigen al Obispo de Córdoba, el 4 de
noviembre de 1894, manifestándole el gran perjuicio que ésto
significaría para la Capilla de San Pedro, que había sido
construída con tanto sacrificio y que había nacido como
Parroquia.
En otro párrafo ampliaban con que "... la Capilla del Sr.
Beiro como S.S. Ilma., también sabe, encuéntrase distanciada a
cinco cuadras del Pueblo de Morteros, quedando así aislada de la
población y demostrando claramente que no es la religión que
anima a los interesados para hacer nombrar parroquia la capilla
del señor Beiro, lo que viendo los habitantes del mismo Pueblo y
Colonia Morteros, han determinado de no ir a la referida
Capilla, aún fuera elevada a Catedral hasta no haber
concluido el templo ya principiado en el centro del Pueblo y por
tanto vienen todos a San Pedro".
Están confiados de que una vez que S.S. Ilma. este enterado de
esta situación volverá a otorgar al templo de San Pedro su
carácter de Parroquia y sede del párroco. (Documento
17)
Es menester hacer referencia a los conflictos que se suscitaron
en esta época, en Morteros, debido a varios factores; en
particular, el ferrocarril que si bien propició enorme progreso
a la región ya que posibilitó el comercio de la producción
agrícola a un ritmo que no tenía; los rieles trajeron consigo
una línea divisoria en este naciente pueblo: el sector Este
liderado por Juan Beiro y el sector Oeste liderado por los
hermanos In’Aebnit y los hermanos Colombetti. Este conflicto de
intereses que tendrá una duración de más de quince años, se
extendió al ámbito religioso en continuas diputas por la sede
parroquial entre San Pedro, Beiro (así la llamaban en la época)
y San Bartolomé.

Producción agraria acarreada en procura de la
Estación
Rubén Márquez, Secretario del Obispado de Córdoba, el 11 de
junio de 1896, "... certifica" que el Curato de Morteros
se compone en la actualidad de las siguientes poblaciones:
Morteros, Brinkmann, Porteña y demás Colonias; con excepción de
San Pedro que es Parroquia Independiente.
Este decreto fue dado por intervención del Arzobispo Monseñor
Uladislao Castellano (1834-1900) quien protegía, de modo
especial, a la Colonia San Pedro. [A.A.C. Legajo 47, Tomo I,
Imagen 401]
El Presbítero Juan Morandini, Párroco de San Pedro, el 7 de
julio de 1898, se dirige al canónico Rubén Márquez y por su
intermedio al Obispo Reginaldo Toro; manifestándole su
preocupación sobre la resolución del asunto Morteros. Dice que
propone hablar espontáneamente sin sugestiones de nadie de la
Iglesia de Morteros. Que ha recibido comentarios de solicitud de
pase de parroquia a la iglesia de la Plaza, pero esto se dilata
en el tiempo y se exasperan los ánimos.
En esa comunicación, Morandini amplía con que "... es un hecho
evidente y que no tiene culpa que el Sr. Beiro es mal visto en
casi la totalidad de los vecinos de Morteros y contorno y que,
si hiciera venir un San Antonio de Cura para su iglesia,
rehusarían sus gracias y milagros por no recibirlos en aquella
que el Sr. Beiro se cree dueño y se porta como tal. Por lo
tanto, desde que tiene Cura (pues aquí se dice y con toda
verdad, el Cura de Beiro no es de Morteros); no pasan de cuatro
o cinco las familias cercanas que oigan misa en esa Iglesia,
mientras en la de la Plaza, á pesar de ser dos veces más
cabedora, rebosan los cientos á fuera, todos los días de
fiesta".
La rivalidad está presente en la misiva de Morandini. La
desavenencia entre los distintos sectores se manifiesta en la
profusa correspondencia que atesora el Archivo Arquidiocesano de
Córdoba y que, en parte, compartimos, para aclarar los numerosos
y encontrados comentarios mantenidos por la gente en el pueblo.
(Documento
18)
El 18 de agosto de 1896, Juan Beiro se dirige a Monseñor
Reginaldo Toro comentándole que el día 15 habían entronizado la
imagen de la Santísima Virgen de la Asunción, Patrona de esta
Parroquia.
En su nota, le comunica al Obispo que, "... con anterioridad
á la fiesta, había encargado en Rosario, una imagen de la Virgen
la que ha resultado una obra muy bien hecha, habiendo
confeccionado su magnífico vestido y manto las mojas Capuchinas
de aquella ciudad. Parte de su costo, ha sido sufragado por una
suscripción entre los colonos". [A.A.C. Legajo 47, Tomo I,
Imágenes 165 y 166]
Dice Ana María Martinez de Sanchez (UNC-Conicet) que "... la
imagen fue bendecida, adquiriendo ese poder de convocatoria, que
tal acto produce en un objeto material sobre el inconsciente de
los creyentes".
El telegrama Nº11992 del día 14 de agosto de 1897 dirigido a
Juan Beiro con domicilio 25 de mayo Nº11 de Buenos Aires y
firmado por Fray Reginaldo Toro, Obispo de Córdoba, expresa:
"Su iglesia es Parroquia, la otra de San Bartolomé hoy tiene
capellán y deseo se arreglen". [A.A.C. Legajo 47, Tomo I,
Imagen 401]
El muy polémico Juan Beiro, por su gran ambición y sus ansias de
poder, solicitó al Obispo Toro con fecha 7 de septiembre de
1898, el título de Patronos Laicos para él y su esposa Luisa
Devoto, aduciendo haber cumplido con todas sus obligaciones; por
tanto, solicita "... se sirva acordarnos y ordenar el título
de Patronos como á tales fundadores y erectores de dicha
iglesia nos corresponde de pleno derecho con las prerrogativas,
honores y privilegios que á dicho título acuerdan desde tiempos
muy antiguos las leyes de la Iglesia". (Documento
19)
Previo informe del fiscal Ramón Gil Luque, el Obispo Reginaldo
Toro el 7 de diciembre de 1898, declara que "... de
conformidad con la presente vista fiscal, declaramos: que
reconocemos y damos el título de Patronos de la iglesia de la
'Asunción' de Morteros al Sr. Juan Beiro y su esposa la señora
Luisa D. de Beiro siendo este título intransmisible á otras
personas, sino puramente personal á ellos". (Documento
20)
El lunes 14 de marzo de 1899, el diario "La Libertad" de
Córdoba, en un tramo de la nota que lleva por título "De
Morteros", informaba que "... el Sr. Beiro ha tenido en
su capilla una docena de curas y todos se fueron al poco tiempo,
porque los problemas de sueldos quedaron siempre en promesas.
Hubo también uno de ellos que quiso demandar al Sr. Beiro por
cobro de pesos, lo que no tuvo efecto por la intervención de S.
S. Ilma".
Mateo Colombetti, Presidente de la Comisión de San Bartolomé, se
dirige a Monseñor Castellano rogándole por la provisión de un
cura para Morteros ya que la situación se hacía insostenible.
Referencia que la capilla Beiro no tiene cura, ya que el Rev.
Don Luis Salomone debió viajar a Córdoba para entablar juicio al
Sr. Beiro, quien nunca le pagó sus honorarios mientras afirma,
en el Juzgado de Paz, que nada debe.
Colombetti reflexiona "... que vengan otros curas en la
Capilla Beiro, será muy difícil porque ya mismo que salieron sin
cobrarle nada, habrá, bien claramente demostrado, á que se
expone un sacerdote que allí vaya á ejercer su sagrado
ministerio". (Documento
21)
Ante la falta de cura por el retiro del presbítero Luis Salomone,
Juan Beiro se dirige al Provisor y Gobernador del Obispado en
Delegación (sin fecha), aduciendo una cantidad de derechos
indiscutibles que le corresponden, incluso citando varios
cánones en latín, le comunica al Obispo para su colación
canónica, el nombramiento como párroco al presbítero Lucio
Scorza. El texto en cuestión es iniciado por Juan Beiro con un
párrafo donde se auto define como "... Patrono Católico
Laico, de la Parroquia de Morteros, que he fundado, edificado y
ornamentado con mi peculio propio y con asentimiento de su S.S.I.
el Sr. Obispo Diocesano, ante V.S. como mejor corresponde en
derecho me presento". (Documento
22)
El 24 de mayo de 1899, Aquilino Ferreira, se dirige a Juan Beiro
comunicándole que ese día marchaba hacia Morteros el presbítero
Don Juan Russo en carácter de cura provisorio a servir en el
Curato de Morteros. Le comenta que Russo conoce la división
existente en el pueblo y está dispuesto a hacer todo lo posible
para armonizar esos asuntos, residiendo en el lugar que crea más
conveniente para servir al Curato.
Más adelante, amplía diciendo que "... si Uds. y los vecinos
del centro de la población no se definen en parte y el cura ha
de tener que sufrir demasiado, nos dejarán en la imposibilidad
de proveer ese curato pues nadie resolverá á ir". (Documento
23)
Juan Beiro responde de inmediato, contrariado por la designación
de Russo sin la intervención de su persona como Patrono. Aclara
el alto respeto que tiene por la autoridad eclesiástica y
continúa con un relato que no se condice con la realidad de ese
momento. Su nueva misiva afirma que "... no concibo desde
luego, como puede el Sr. Russo haberse trasladado a Morteros con
la garantía de una subvención ofrecida por aquellos que
pretenden que el curato se instale en la capilla de San
Bartolomé que no ha sido ni construida siquiera con el permiso
necesario de la autoridad eclesiástica y cuyos reducidos
feligreses no han hecho otra cosa que ser causa de las
discordias existentes entre los habitantes del pueblo de
Morteros". (Documento
24)
Juan Valdez, corresponsal del Diario "Los Principios" de
Córdoba en una nota del día martes 20 de junio de 1899, consigna
que "... por hoy quede constancia que, en el antiguo Fortín,
centinela avanzado de la civilización en el desierto, se levanta
hoy un centro próspero y rico, de comercio fuerte, de notable
producción, que marcha á grandes pasos á formar á la cabeza de
las poblaciones más adelantadas de la provincia". (Acceda a la
transcripción de todo lo publicado por el diario, sobre Morteros
y zona, durante el año 1899 haciendo
Click Aquí) (Documento
25)
El 24 de agosto de 1899, Aquilino Ferreira Vicario General de la
Diócesis de Córdoba, desempeñándose como Gobernador Interino del
Obispado, decide el traslado de la sede parroquial de la Capilla
Virgen de la Asunción a La Capilla San Bartolomé, que en la
fecha es bendecida y dada al culto público.
Expone varias razones, para la toma de esta decisión a saber:
"1º. Que el nombramiento de parroquia a la capilla Virgen de
la Asunción se produjo cuando no existía otra;
2º. Que en la actualidad se ha construido una dedicada al
Glorioso Apóstol San Bartolomé, ubicada convenientemente;
3º. Que el pueblo de Morteros ha crecido considerablemente
sin dar señales de extenderse hacia donde está situada la
capilla parroquial;
4º. Que la Capilla San Bartolomé fue entregada, por escritura
pública al Obispado, para que el diocesano pueda asignarle un
párroco;
5º. La iglesia San Bartolomé cumple con todos los requisitos
exigidos por el Concilio de Trento para ser erigida en
Parroquia, que es propiedad de la Iglesia, y exclusiva
administración de la autoridad diocesana". (Documento
26)
Es importante consignar sobre el punto 3º, que el sector este no
crecía, por la especulación de los propietarios de los terrenos,
ubicados en la banda de dos manzanas contigua a las vías del
ferrocarril, en toda su extensión. No vendían esperando una
mejor valoración.

En la edición del 1º de septiembre de 1899, el Diario "La
Libertad" de Córdoba, con la firma de su corresponsal Arisco
de Flades, publica los pormenores de este traslado que tuvo una
gran significación en la vida de Morteros, en el último año del
siglo XIX. El artículo en cuestión asegura que "... a las
once, misa cantada por el señor cura de San Francisco, quien
posee una espléndida voz de barítono. Luego se dio lectura al
decreto que ordena la traslación de la parroquia desde la
capilla de la Concepción [sic] á la de San Bartolomé, y
sermón por el señor canónico Brochero".
La homilía fue pronunciada por el presbítero José Gabriel del
Rosario Brochero (1840-1914), quien será Santo Cura Brochero
(16-10-2016); en momentos que se desempeñaba en la canonjía
efectiva en la Catedral de Córdoba. (Puede acceder a la
transcripción de todo lo publicado por el diario, sobre Morteros
y zona, durante el año 1899 haciendo
Click Aquí) (Documento
27)
La parroquia a que hace referencia el autor anterior, se logró
gracias a una comisión formada en 1896, que después de arduo
trabajo consiguió terminarla en 1987 y se bendijo el 24 de
agosto de 1899. Estaba ubicada a tres cuadras del ferrocarril,
frente a la plaza, siendo demolida en 1940, para la posterior
construcción de la actual.

Capilla San Bartolomé (1897-1940), dibujo de
Celestino V. Vaira (gentileza de Angel Francisco Mollo)
El mismo 24 de agosto, Aquilino Ferreira se dirige a Juan Beiro,
diciéndole que, "... como Ud. sabrá, he bendecido la iglesia
de San Bartolomé en este pueblo y he publicado el auto de
traslación de la parroquia de la capilla de la Asunción en que
se hallaba, á este recientemente, entregada á la iglesia,
consultando la comodidad de los fieles y del cura párroco para
ejercer el ministerio parroquial".
En su texto, asegura que la capilla de la Asunción queda
habilitada para que el cura y cualquier otro sacerdote pueda
ejercer su ministerio; además, ratifica que Beiro conserva
incólume su derecho de patronato que le otorgara el Sr. Obispo.
La misiva la cierra sustentando su decisión en que "... Ud.
comprenderá que si he tomado esta resolución ha sido movido
solamente por el bien general que está, ante todo, pero me
complazco en declararle que como prelado le estoy muy agradecido
por los sacrificios que Ud. hizo para proporcionar á los fieles
de este lugar una iglesia donde no la había". (Documento
28)
En 1899, se editó el "Diccionario Geográfico Argentino, con
ampliaciones enciclopédicas rioplatenses". En lo referido a
Morteros lo describía como "... Colonia, Libertad,
San Justo, Córdoba. Fue fundada en 1894 en los campos del mismo
nombre, en una extensión de 18.808 hectáreas dividida en
concesiones de 30 hectáreas. Tiene 260 habitantes. Aquí se
estima el valor de la hectárea de tierra en 40 pesos. Se cultiva
trigo y lino. El agua de pozo está a 4 y 5 metros de
profundidad. Estación del ferrocarril de Buenos Aires a Rosario
y Tucumán, ramal Gálvez a Morteros. Dista 188 km de Gálvez, 305
de Rosario y 609 de Buenos Aires. Capilla. Escuela. Molino a
vapor".
El 20 de setiembre de 1905, el Inspector de Parroquias Manuel N.
López informaba al Obispo Diocesano sobre el Curato de San
Bartolomé de Morteros, y en referencia a la Iglesia Ntra. Sra.
de la Asunción, manifestaba que "... hay además en esta misma
población, otra iglesia dedicada a la Santísima Virgen, la cual
ha sido la que servía de iglesia parroquial hasta hace poco
tiempo, pero como está situada en un punto apartado de la
población, el Prelado ordenó el traslado de la parroquia á la
que actualmente goza ese título quedando la otra en un completo
abandono, siendo hoy su estado muy deplorable y pronto amenazará
ruina, si no se atiende á su conservación; lo mismo que en casa
parroquial, compuesta de unos cuartujos de la peor calidad y
actualmente inhabitables. Creo urgente una resolución de V.S.S.
respecto de esta iglesia, como ser trasladar la imagen de la
Santísima Virgen, allí abandonada como la iglesia y todos los
vasos y paramentos a la actual iglesia parroquial, y disponer
algo de lo edificado". Continúa luego con el informe
referido a San Pedro (Morteros) [A.A.C. Legajo 47, Tomo I,
Imágenes 304 a 310/463]
La situación en el pueblo no estaba muy clara con respecto a la
sede parroquial, a pesar del difundido acto del 24 de agosto,
por lo que el vicepresidente 1º del Concejo Deliberante,
Francisco Torres, el 23 de noviembre de 1899, se dirige al
Obispo Reginaldo Toro para "... rogarle tenga a bien
comunicar a este Concejo, cual es la Iglesia Parroquial de
Morteros".
Era imperiosa esta definición ya que, por el art. 23º de
la Ley Orgánica Municipal, el acto eleccionario debía realizarse
en el atrio de la parroquia del pueblo. [A.A.C. Legajo 47, Tomo
I, Imagen 226/463]
El presbítero Gerardo A. Ferrucci, en fecha 1º de julio de 1905,
remite al secretario del Obispado Sr. Dr. Eduardo Ferreira el
Inventario de la iglesia Parroquial y Capillas del Curato;
aclarando que, a la capilla de la Asunción, en el campo Beiro,
fue imposible inventariarla, ya que no le entregan las llaves. (Documento
29)
Desde Buenos Aires, el 21 de septiembre de 1905, Juan Beiro se
dirige al Obispo Fray Zenón Bustos insistiendo en la solicitud
se devuelva el estado de parroquia a la Capilla de la Asunción.
Días antes, había tenido una audiencia con el Obispo y de
acuerdo a lo acordado en ella, le adjuntaba documentos que
avalaban su petición. Se queja de los dichos de Monseñor
Ferreira respecto de los alcances de su patronato, como así
también, de las manifestaciones vertidas en la fiesta de fecha
24 de agosto de 1899.
Cierra su misiva reiterando que "... espero de su ilustrado
juicio un fallo que devuelva a la iglesia de la Asunción los
derechos de Parroquia con la jurisdicción acordada por el
decreto de fecha 11 de junio de 1896". (Documento
30)
Por carta del 13 de agosto de 1907, el obispo Diocesano le
informa a Juan Beiro que el Señor Cura debe tener el legítimo
ejercicio en toda su jurisdicción y ve en el proceder de su
encargado un verdadero desacato a la autoridad eclesiástica,
"... por lo tanto, Ud. no ha de extrañar que aquella Iglesia
queda, por ahora, clausurada". (Documento
31)
Aquí, la realidad se impuso de un modo contundente: la capilla
quedó clausurada, pasando a revestir el carácter de capilla
privada de Juan Beiro.
Desconocemos la fecha en que se levantó dicha clausura; aún así,
continuaron las celebraciones religiosas, realizándose cada 15
de agosto, la tan concurrida procesión de la Virgen en derredor
de la plaza.
El Obispo Auxiliar Inocencio Dávila, en representación del
Obispo Diocesano, produjo la Santa Visita Canónica a la
Parroquia de Morteros, del 22 al 26 de agosto de 1915,
reflejando en el acta correspondiente, la situación que le
tocaba vivir al cura en "... un pueblo en donde sus
habitantes, estaban entregados a una actividad febril por los
intereses materiales, sin que nada les preocupe los intereses
morales y religiosos en los diversos ordenes de la vida".
Hace hincapié en el indiferentismo que caracteriza a este pueblo
y lo pernicioso de este accionar en el desempeño del párroco,
por más abnegado y sacrificado que sea. Deja Monseñor Dávila
algunas indicaciones al presbítero Arturo Bustamante: continuar
con la enseñanza del catecismo, reorganizar la Asociación del
Apostolado y establecer el Centro Parroquial de Acción Católica
Social. (Documento
32)
Dos años después, el 23 de agosto de 1917, en vísperas del Día
del Santo Patrono, el Vicario General José A Luque, por especial
encargo del Obispo Diocesano realizó la Visita Canónica a la
Parroquia de Morteros. (Documento
33)

Monseñor José Luque, Autoridades locales y
Comisión "Doctrina Cristiana" (1917)
Entre los escritos de Francisco Brossino (1908-1994) compilados
por Norma Garione y Cristina Asinari en "El Morteros de hace
70 años", podemos rescatar algunas pinceladas del final de
las primeras décadas de la Capilla. Entre ellas que, "... el
Libro de Oro y el registro de casamientos, bautismos y
defunciones fue quemado y olvidado: Al quedar la Iglesia en el
mayor olvido y abandono, se hicieron cargo los esposos May, don
Juan y doña Ana, ellos hasta su muerte hicieron la limpieza y
cuidaron la Iglesia, pidieron limosnas para pequeños arreglos.
Nuevo abandono, nuevos encargados, los collares de oro que tenía
la Virgen, de cierto valor, desaparecieron bajo manos rapaces".
Avanzando en el texto, rescatamos que "... Don Juan Beiro
estuvo por última vez en Morteros en 1922 o 1923, vino a ver su
colonia, iglesia y plaza. Contrató un peón para que tocara la
campana durante 4 o 5 días y así este campanero hizo sonar
durante 10 o 15 minutos cada hora. Su viejo quintero ya había
muerto. Beiro visitó algunos amigos y nunca más se supo de él".
La Comisión Vecinal de Barrio Urquiza se creó en 1945, siendo
uno de sus propósitos principales es "... el arreglo de la
Iglesia Beiro", según consta en acta. Es así que, al año
siguiente, se produjo la primera remodelación a cargo del
constructor Francisco Scalerandi. Según lo documentado en actas
de las reuniones de Comisión, en esta oportunidad se construyó
la primera nave lateral, se hicieron reparaciones en el
cielorraso y se colocaron puertas y ventanas.
En 1948 se amplió la sacristía y se aplicaron los revoques
interiores.
Fue en 1952, cuando José Perlo y Vicente Grosso, repararon el
campanario, arreglaron las cornisas y revocaron algunos
componentes de la fachada: columnas y nichos. Es en este momento
cuando se colocan, en sendas hornacinas laterales a la puerta
principal, las imágenes de Nuestro Señor del Milagro y de
Nuestra Señora de Luján.
En la década del ‘60, se construyó la segunda nave lateral, en
respuesta a la demanda de espacio para los fieles.
En los siguientes diez años, la capilla sufrió los estragos de
una persistente inundación que la sumergió, en épocas pico, en
1,20 m de agua.

Imágenes que exponen el flagelo de las
inundaciones sufridas en la zona
Cuando la inundación se fue retirando, quedaron los importantes
daños ocasionados, los que demandaron la creación de la
"Comisión pro Reconstrucción de la Capilla Nuestra Señora de la
Asunción", que gestionó la participación de profesionales y
el aporte de los fondos necesarios para una puesta en valor del
bien, seriamente deteriorado.
Fue importante la participación del arquitecto Rodolfo Gallardo
(1930-1993) en su carácter de Director de Historia, Letras y
Ciencias de la Provincia de Córdoba, quien produjo un informe de
situación con la recomendación de una urgente intervención, dada
la posibilidad de derrumbe que se presentaba.
En "Vida Espiritual de Morteros", pudimos informarnos que
la comunidad hizo su aporte y la Municipalidad el suyo. El
Gobierno de Córdoba por decreto Nº 6687/80 aportó $ 55.913,25 en
octubre de 1980. El Ministerio de Acción Social, por resolución
Nº 897/81, entregó $ 12.000 para la terminación.
La reconstrucción fue profunda y estructural tal como se ha
descripto en el mencionado libro: "... se demolieron y
reconstruyeron las columnas; se retiraron los revoques tanto
interiores como exteriores y se volvieron a aplicar; se cambió
totalmente el solado interior; se reconstruyeron las cornisas;
se colocaron puertas y ventanas en los muros laterales, se
hicieron trabajos de restauración e instalación eléctrica. En el
interior, los arcos intercolumnas se hicieron en ladrillos
vistos".
Con la dirección técnica del Arquitecto Alberto Sartori, fue el
constructor Jorge Cabral quien ejecutó la obra mencionada,
entregándola en agosto de 1982 para que sea habilitada
nuevamente al culto.
Contigua a la Capilla, con fondos de la "Fundación Adveniat"
(Organización de caridad de los católicos de Alemania para los
pueblos de Latinoamérica y el Caribe) se construyó la nueva Casa
Parroquial con dependencias de uso comunitario, integrando una
superficie de 211 m2. El proyecto y dirección técnica también
estuvo a cargo del Arquitecto Alberto Sartori.
A ciento diez años de la bendición (23-09-1894), se produjeron
los trabajos consistentes en la remodelación del presbiterio,
reubicación de la Pila Bautismal a su lugar de origen y recambio
del solado. El aporte dinerario provino de la comunidad,
consagrándose el altar el 1 de agosto de 2004, con la presencia
del Obispo Emérito de San Justo (Diócesis) Monseñor Baldomero
Carlos Martini.
La Capilla.
Tomamos la memoria descriptiva que el arquitecto Rodolfo
Gallardo, como director de la Dirección de Historia, Letras y
Ciencias de la Provincia de Córdoba, con fecha 19 de marzo de
1980, emite en su informe técnico sobre la Capilla.
Según su estudio, ".... la Iglesia es austera; sobria en líneas arquitectónicas, pero
mantiene el recuerdo de una rica tradición como casa de cultivo
y formación espiritual. De acuerdo a los resultados finales, pareciera que la obra
careció de una planificación previa, siendo notables los
diversos ámbitos agregados al templo de una sola nave
rectangular, anexándose dos naves laterales y un presbiterio
semicircular, cambiando la originalidad del mismo".
Se sorprende Gallardo ante el hecho que "... llama la atención la fachada con características formales
neo-clásicas, columnas pareadas de fuste liso, unidas
superiormente por un frontis rectangular sobre el cual se apoya
la torre central, con cuatro aberturas, coronadas por una
pequeña cúpula y cruz de hierro forjado.
En los paños laterales del cuerpo central, se encuentran dos
hornacinas coronadas por pequeños frontis a modo de recuerdo de
las usuales terminaciones del renacimiento italiano. El
tratamiento de materiales es simple, siguiendo las técnicas
constructivas tradicionales: paños de ladrillos vistos al frente
y el resto exterior e interior con revoques a la cal".
En lo que, en particular, refiere a la Capilla, el Arquitecto da
cuenta que "... se trata de una iglesia de 18,60 m de frente por 23,00 m de
fondo.
El conjunto está integrado por una nave principal, de 6,70 m x
13,30 m (primera construcción); dos naves laterales agregadas
con posterioridad de 4,60 m x 18,45 m, un presbiterio de forma
semicircular de 6,70 m de ancho por 5,40 m de radio; desde aquí
se accede a un depósito de 3,10 m x 4,90 m en el costado
izquierdo y la sacristía de 3,10 m x 4,90 m en el costado
derecho (uniéndose a la Casa Parroquial). El coro de 1,90 m x
6,70 m esta presente en la obra, faltando la escalera de acceso
al mismo, cuya ubicación corresponde en el costado izquierdo de
la puerta de acceso, en el sotocoro.
La fachada principal de la iglesia incluye una única torre
central. En las fachadas laterales se han realizado aberturas
sin tener en cuenta el estilo".
Concluye el informe del Arquitecto ocupándose de describir la Casa Parroquial.
Este cuidado relevamiento que Rodolfo Gallardo hiciera hace 45 años, se
mantiene a la fecha con escasas variantes.
La Capilla se yergue en la esquina de las calles Dorrego 800 y Sarmiento 600,
frente a la Plaza Justo José de Urquiza; teniendo por vecinos y
calle de por medio al sur, el IPEMYT "Domingo Faustino
Sarmiento" y en diagonal, el Museo Regional Morteros "Angel
Francisco Molli".


Al estar retirada de la línea municipal se genera un pequeño
atrio desde donde se accede al templo por una puerta batiente de
dos hojas, en cedro, alojada en el eje de simetría de la
fachada. Dicha puerta tiene una protección metálica.
El imafronte, de composición horizontal, pasó por muchas
presentaciones a lo largo del tiempo, conservando sus elementos
definitorios, que se caracterizan por pertenecer al neoclásico.
En el eje de simetría, la puerta principal esta flanqueada por
columnas pareadas de fuste liso con basa unificada y capitel,
que sostienen un arquitrabe sobre el cual se desarrolla el
tímpano. Con el perfil superior de éste, un muro bajo liga las
paredes laterales con la torre única, de sección cuadrada con
aberturas a los cuatro vientos, rematando en una cornisa. Sobre
este tramo, la cúpula color azul cielo remata en una cruz de
hierro forjado.

El muro plano, que abarca las tres naves, dispone una cornisa a
la altura del basamento de las columnas, determinando un zócalo
y culminando, en la parte superior, con una cornisa.
La presentación de la fachada, actualmente, es con revoque
grueso y fino a la cal, todo pintado color blanco hueso.
Sendas hornacinas, desarrolladas a cada lado del ingreso,
contienen las imágenes de la Virgen de la Merced, a la izquierda
y a la Virgen de Lujan a la derecha, realizadas en mosaicos
cerámicos coloreados. La ornamentación de estas hornacinas
recuerda al renacimiento italiano.

La planta está inscripta en un rectángulo de 17,80 m de ancho
por 18,40 m de largo, del que sobresale, solamente, el ábside
del testero, totalizando una superficie cubierta de 353,40 m2.
Está formada por tres naves, la central tiene un ancho de 7,32 m
con un largo de 18,40 m. Está ritmada en cinco tramos por
columnas cuadradas de 0,45 m de lado, con zócalo y capitel
plano, liso, de dimensión suficiente para alojar los arcos
formeros, de medio punto, bordeados por ladrillos a la vista
pintados color blanco.
En el ingreso a la nave central, el soto coro tiene una
profundidad de 2,80 m. Dos columnas y tres arcos de medio punto,
de iguales características a las descriptas, sostienen la
plataforma del coro. Dicho esquema estructural se repite en un
segundo plano superior.
Esta nave principal tiene techo a dos aguas, con la cumbrera a
9,28 m del nivel de piso; recubierto exteriormente con tejas
planas.

El plano murario continúa con una imposta de ladrillos a la
vista, a partir de la cual, se reduce el espesor de la pared,
alojándose en esta banda, tres óculos con vidrios repartidos de
color ámbar.

La nave lateral sur tiene un ancho de 4,65 m por un largo de
18,40 m, con techo plano a menor altura que el de la nave
principal. En el muro que da a la calle Sarmiento se observan
una puerta con vidrios repartidos color ámbar y dos ventanas,
todas culminando en arco de medio punto.
La nave lateral norte es de 18,40 m de largo por 5,04 m de ancho
con su techo igual a la otra nave lateral. En la cabecera el
altar presenta la imagen de San José con el Niño, mientras que
en el inicio, se encuentra la escalera de madera para acceder al
coro alto.


En la cabecera de la nave lateral norte un Altar aloja a San
José con el Niño; mientras que, el ala opuesta se encuentra
coronada con el Altar conteniendo el Sagrario.

Una elevación del nivel de piso de 0,18 m marca la iniciación
del presbiterio que tiene una profundidad de 3,24 m. Dicha
elevación se extiende a ambas naves laterales.



En el testero, en un ábside de 4,74m de abertura, está alojado
el retablo principal que fuera donado en 1939 por la señora
Margarita P. Vda. de Vaira; es de estilo neogótico, alojando en
la hornacina central la imagen titular de la Virgen Nuestra
Señora de la Asunción, acompañada, del lado del Evangelio, por
la imagen del Sagrado Corazón y del lado de la Epístola por San
José con el Niño.
Pérgola.
Nos pareció que un digno cierre de todo lo dicho up supra, es
contarles que, en el Parque Central de Morteros, en los terrenos
que fueran del ferrocarril Rosario - Buenos Aires que tanto tuvo
que ver con la formación de esta ciudad y que, en algún momento,
fue factor de desunión; en el año 2020, se construyó una
pérgola, contigua a la línea de las calles Marconi – Mitre.
Todo un símbolo de resiliencia y de unión del este y el oeste en
un solo pueblo.

Una dificultad recurrente.
Aquí también, como en tantos otros sitios relevados, se reitera
la desagradable y permanente afectación visual a los edificios
que merecen ser preservados por su valor cultural e histórico.
El soterramiento de los tendidos eléctricos y redes, tanto
aquellos realizados por el Estado como por empresas privadas,
debería ser considerado obligatorio en todos los casos.

Las Capillas rurales vecinas.
Los
invitamos a conocer algunas de las
Capillas Chacareras de esta
zona:
Pinceladas históricas.
Coordenadas.
Latitud: 30º 42’ 42,16" S
Longitud:
61º 59’ 43,45"
O
Altitud media: 98 msnm


Documentos.
Documento 01
Carte des provinces de Córdoba et San Luis. Dr. V. Martín de
Moussy. 1865
Documento 02
Plano general del Río Salado del Norte. Confederación Argentina
Documento 02 A
Plano de la Provincia de Córdoba - 1831
Documento 03
Decreto de Paunero - 17 de oct. de 1862
Documento 04
P. E. N. Ley Nacional 5522, 17-10-1862
Documento 05
Fuerte de Los Morteros - Diario "El Eco de Córdoba" - 31
oct 1868
Documento 06
Mapa de la Pcia. de Cba. - Agr. Santiago Echenique - 1866
Documento 07
Mapa de la Pcia. de Cba. de 1871 - Primera división
departamental
Documento 08
Informe del Coronel Lucio V. Mansilla - 14-03-1876
Documento 09
Ley de Colonias de la Provincia de Córdoba - 1886
Documento 10
Ferrocarriles
Argentinos en 1903
Documento 11
Hoja 39 – Atlas Catastral de Argentina - 1901
Documento 12
Plano del Pueblo Morteros (Beiro) sin fecha
Documento 13
Radio principal de Morteros y colonias
Documento 13 A
Cronología fundacional
Documento 14
Ley Nacional 18620/1970 - Limites Interprovinciales
Documento 15
Croquis de Fronteras Córdoba – Santa Fe sobre el Chaco
Documento 16
Límites Córdoba – Santiago. Camino de Los Sunchales
Documento 16 A
Ley Nacional Nº 22789 - 27-04-1983
Documento 16 B
Nombramiento de Francisco Leonetti - 14-09-1893
Documento 17
Carta de vecinos de San Pedro al Obispo Reginaldo Toro -
04-11-1894
Documento 18
Carta de Juan Morandini a Canónigo Rubén Márquez - 07-03-1898
Documento 19
Carta de Juan Beiro a Fray Reginaldo Toro - Solicitud de
Patronato. 07-09-1898
Documento 20
Otorgamiento de patronato. 07-12-1898
Documento 21
Carta de Mateo Colombetti a Monseñor Castellano 20-04-1899
Documento 22
Carta de Juan Beiro a Aquilino Ferreira-Designación de Scorza -
s. / f.
Documento 23
Carta de Aquilino Ferreira a Juan Beiro. Nombramiento de Russo
24-05-1899
Documento 24
Carta de Juan Beiro a Ferreira acusando recibo - s. / f.
Documento 25
Morteros, 1899 – Diario
"Los Principios" de Córdoba 20-06-1899
Documento 26
De Ferreira a Beiro - Traslado de Parroquia a San Bartolomé
26-08-1899
Documento 27
Morteros, 1899 – Diario
"La Libertad" de Córdoba
Documento 28
Carta de Aquilino Ferreira a Juan Beiro. 24-08-1899
Documento 29
Carta de Gerardo Ferrucci a Eduardo Ferreira – 01-07-1905
Documento 30
Carta de Juan Beiro a Fray Zenón Bustos - 21-09-1905
Documento 31
Carta a Juan Beiro. Comunicación de clausura. 13-08-1907
Documento 32
Visita canónica – 26 de agosto de 1915
Documento 33
Visita canónica – 23 de agosto de 1917
Historia de Poblamiento Humano.

Foto de Mazzuca
Fuentes de consulta.
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Publicación Oficial - Establecimiento Grafico La Docta -
Córdoba, 1977. (5)
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ARBITRAGE SOBRE LÍMITES INTERPROVINCIALES: "Esposición del
Comisionado del Gobierno de Córdoba seguida de los Documentos
presentados" - Imprenta de Pablo A. Coni - Buenos Aires,
1881.
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HUTCHINSON, Thomás J.: "Buenos Aires y otras provincias
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"Historia de Morteros" 1ª PARTE: Grupo Historia, Museo
Regional Morteros - Impreso en E.P.E.C. - Córdoba, 1978. (10)
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Institut Preuβischer Kulturbesitz.
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SOCIEDAD RURAL DE ROSARIO: https://www.ruralrosario.org/institucional.
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"Temas de la vida de Morteros en sus 100 años": Centro
Municipal de Estudios, Investigaciones y Archivo Histórico de
Morteros - Editora Suárez - Córdoba, 1991. (6)
-
Agradecemos la inestimable colaboración de la Directora del
Archivo Arquidiocesano de Córdoba, Marcela Alejandra Varela.
-
Nota importante. La historia de la Parroquia San
Bartolomé, mencionada en este trabajo, será compartida
próximamente.

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